Cuando es propuesta como opción moral, la nobleza motiva burla y escarnio en las selvas humanas, confundida quizá con debilidad o blandura de carácter, quizá con hipocresía. Pero poca condición del espíritu humano hay tan redentora como ella cuando se manifiesta en toda su plenitud. Raro es el que no se conmueve y rinde ante el que se entrega y sacrifica por los demás, ante el que acepta el error y la falla propia a la vez que reconoce el logro y la razón en el oponente. No es la nobleza, pues, una virtud muy común en los tiempos que corren.
Este cuadro es el primero de una serie de alegorías en la que pretendo echar mano de códigos clásicos en clave contemporánea. Técnica: Realicé en plastilina y arcilla todas las figuras de la composición para usarlas como modelo.. ML |